domingo, 2 de agosto de 2009

Hoy

..
Hoy hace calor en las laderas de tanta ausencia,
que ya me cansan estos agujeros negros
que se me aparecen a cada instante.
Hoy es el día de soledades anchas,
de alegrías de mar,
de caricias maduras,
de vacíos escuchados,
de besos construidos,
de estrellas próximas.
Cuando llegan, insolentes y cínicos,
me doy al exceso,
al no límite,
al barranco del júbilo.
Hoy sí me gustaría estar cerca de todo. Del todo.
Poder masticar las ganas que tengo,
engullir la tierra que me das,
revivir las estatuas que imagino,
moldear las caderas soñadas.

Hoy es el día para no dormir,
para estar abierto a la noche
y limpiar la soledad invasora e inservible
que me hace sentir tierra de conquista nunca abrazada.
Hoy es el día de sujetar el corazón,
que galopa sin deseos de regresar al pecho
empujado por el escalofrío que recorre el cuerpo a destiempo.
Hoy es el día de garabatear tu espalda.
Hoy no es, pero huelo la voz que me dice que habrá un mañana inmóvil
y un beso para cubrir el deseo dislocado. Mi beso.
.
Después, las manos arrimadas,
el pecho grave y dispuesto,
el vientre ofrecido,
las piernas firmes en la acogida
y el sinuoso movimiento de la vida que se queda para darla.
Al momento, los labios estremecidos, existentes, crujientes,
agotados ante la lengua enloquecida,
opacos al grito de placer que no llega porque nadie lo quiere,
que eso es el fin y quién quere terminar.
Las manos revuelven la llanura de tu espalda
y buscan el cielo descifrado entre los pliegues de los gemidos.
Y después me preguntas si veo el mar y nada veo,
pues he cerrado los ojos por ti.
.

No hay comentarios: