jueves, 2 de julio de 2009

Esperar

He tenido que esperar.

Porque esa nube abría los ojos

cuando había que dormir.

Porque esa estrella doblaba la almohada

cuando había que reír.

Porque ese río cantaba cristal

en medio de la tormenta.

Porque esa ladera mecía su cadera

y no había melodía.

Nos has hecho esperar.

Y olvidar que no se te olvida,

que pasan los días

y el sonido de tus ojos es un aliento de presencia.

He tenido que esperar

para darle la espalda al miedo

y ponerle cuatro silencios

a este ruido que nos ocupa el corazón.

¡Hay que ver cómo se cae el aire!

No te imaginas cómo llueve hoy

en la boca de la tierra.

Si te das cuenta

todo llama a tu palabra,

como cuando la regalabas

a los niños que se acercaban a tu paisaje.

Los niños, todos.

He tenido que esperar.

Mirar al amor y sujetar con fuerza la mañana.

Doblar la esquina de la rabia,

besar con la voz el vacío de la amiga

y encontrar la última luz de esperanza en el nombre de tu vida.

Vida sobre vida.

Ahora que ya escampa,

que ya sabe más suave la niebla,

que los días se abren con pereza de compañera,

ahora, te digo,

diremos el nombre de tu miel.

Hermosa coincidencia.

Supiste elegir la dulzura de los tres.

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