Miraré las aguas de mis silencios
con la fortaleza del que aspira
a ser fiel a su corazón
y morir con el único orgullo posible.
Me iré
y diré que mi cielo es blanco y azul.
Hablaré con la voz intencionada,
a las calles abiertas por tus labios
y estaré siempre ocupado
en esos días que renovaste
tu gesto dispuesto.
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